El vicepresidente de EE. UU. JD Vance emitió una de las críticas más contundentes de la administración a las leyes de restricción de la libertad de expresión en Europa, argumentando que una alianza genuina no puede existir donde los valores fundamentales divergen.

Al hablar sobre una serie de arrestos y acciones legales en Europa en relación con la expresión en línea, Vance dijo que no se puede esperar que Estados Unidos defienda a socios que castigan a sus propios ciudadanos por disidencia.

Planteó el tema de manera clara: si un contribuyente estadounidense ve a un aliado encarcelar a alguien en Alemania por lo que las autoridades consideran un "tweet hiriente", el apoyo a esa alianza se erosiona.

Vance enfatizó que la asociación de América con Europa se basa en principios compartidos: debate abierto, resistencia democrática y confianza en el público.

Cuando se violan esos principios, dijo, la base moral de la cooperación comienza a fracturarse.

Vance citó ejemplos que ve como incompatibles con los valores democráticos: procesar a individuos por abogar por políticas fronterizas más estrictas, anular el resultado de unas elecciones en Rumanía después de no gustarles el resultado, y suprimir la crítica interna a través de leyes de censura.

Dichas medidas, argumentó, revelan una ansiedad más profunda dentro de algunas instituciones europeas: una falta de disposición para dejar que sus propios ciudadanos hablen libremente.

El vicepresidente enfatizó que el presidente Donald Trump considera a las naciones europeas como amigos genuinos, pero la amistad, dijo, debe basarse en el respeto mutuo y convicciones compartidas.

Para Estados Unidos, eso incluye defender el discurso abierto en lugar de criminalizarlo.

Los comentarios de Vance se extendieron mucho más allá de las preguntas tradicionales sobre las obligaciones de la OTAN, apuntando en cambio al principio: las alianzas perduran no a través de la burocracia, sino a través de una alineación honesta de valores.