Berlín - En un desarrollo político significativo, los líderes alemanes de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la Unión Social Cristiana (CSU) y los Socialdemócratas (SPD) han alcanzado un acuerdo para un cambio sustancial en la política fiscal del país, proponiendo un plan de inversión financiado por deuda que totaliza aproximadamente 1 billón de euros.

Este anuncio llega en medio de conversaciones de coalición en curso, destacando la capacidad de Alemania para actuar incluso bajo incertidumbre política.

La característica principal de los planes propuestos incluye una reforma del límite constitucional de déficit conocido como el 'freno de deuda', que actualmente restringe el déficit estructural de Alemania al 0.35% del PIB. El nuevo acuerdo eximiría el gasto en defensa que supere el 1% del PIB de estos límites, facilitando la capacidad de Alemania para cumplir con el objetivo de la OTAN del 2% de gasto, lo que podría requerir un aumento de al menos 140 mil millones de euros anuales a partir de 2028, casi triplicando el presupuesto de defensa actual.

Además, los líderes acordaron crear un nuevo fondo especial por un valor de 500 mil millones de euros, destinado a abordar la envejecida infraestructura de Alemania, que ha sufrido años de falta de inversión.

También hay propuestas para relajar las estrictas reglas de deuda para los estados federales de Alemania, junto con el establecimiento de una comisión de expertos encargada de recomendar una mayor modernización del freno de deuda para finales de año.

El plan actual es avanzar con estas medidas en el parlamento existente, que permanecerá en sesión hasta que el nuevo parlamento electo se reúna nuevamente en marzo de 2024.

Desde el punto de vista financiero, la iniciativa destina al menos 500 mil millones de euros durante una década para mejoras en infraestructura, mientras que se estima que se necesitarán otros 400 mil millones de euros para gastos de defensa.

Este gasto potencial, combinado con un fondo especial existente de 100 mil millones de euros para la militar, indica que las inversiones totales podrían sumar efectivamente 1 billón de euros.

La salud fiscal de Alemania es notable, manteniendo una calificación crediticia máxima con niveles de deuda significativamente por debajo de la media de la UE en un 62.8% del PIB. Sin embargo, la magnitud del endeudamiento propuesto podría ampliar el déficit en un estimado del 2.5% del PIB, con un incremento proyectado de 5 puntos porcentuales en la relación deuda/PIB en los próximos dos años.

Tal escenario podría llevar a un aumento en los costos de endeudamiento, aunque las tasas actuales siguen siendo relativamente bajas en comparación con otras economías importantes.

La urgencia detrás de este cambio se atribuye en parte a las incertidumbres en la ayuda militar estadounidense y el apoyo a la defensa europea, particularmente a la luz de los recientes cambios políticos en Estados Unidos.

Los líderes expresaron su preocupación por la sostenibilidad de los compromisos estadounidenses con la seguridad europea, que consideran infradotados.

Este impulso por aumentar el gasto en defensa llega tras discusiones en toda Europa sobre una mejora colectiva de las capacidades militares.

El líder de la CDU, Friedrich Merz, enfatizó la necesidad de rápidas mejoras en la postura defensiva de Alemania.

La legislación requiere una mayoría de dos tercios tanto en el antiguo Bundestag como en el Bundesrat para autorizar los cambios propuestos.

La coalición CDU/CSU, junto con el SPD, posee 403 escaños en el Bundestag, lo que indica que necesitarán apoyo adicional de partidos más pequeños como los Demócratas Libres (FDP) o los Verdes para lograr una votación exitosa.

Si bien el FDP ha favorecido históricamente políticas fiscales estrictas contra el aumento de la deuda, los Verdes han expresado señales mixtas con respecto a su postura sobre las propuestas.

En el entorno actual, con un discurso político elevado en torno al financiamiento de la defensa y la inversión en infraestructura, el resultado de este proceso legislativo sigue siendo incierto.

Mientras tanto, las discusiones notables sobre la financiación de Ucrania permanecen sin resolver, y Merz propuso que se podrían disponibilizar 3 mil millones de euros adicionales en ayuda, pendientes de negociaciones con el canciller Olaf Scholz.

Sin embargo, las preocupaciones previas de Scholz sobre las restricciones presupuestarias pueden afectar la realización de este apoyo adicional.

A medida que el panorama político continúa evolucionando, se espera que los procesos de negociación y legislativos se desarrollen rápidamente, lo que podría tener impactos tanto en la política interna de Alemania como en su papel dentro de los marcos de seguridad europeos.