El 6 de marzo de 2025, el Banco Central Europeo (BCE) publicó sus pronósticos económicos actualizados tras una reducción de 25 puntos básicos en las tasas de interés.

El banco central indicó una revisión tanto de la inflación como de las tasas de crecimiento, reconociendo que el proceso de desinflación aún está en curso.

Los expertos ahora anticipan que la inflación general promediará el 2.3% en 2025, el 1.9% en 2026 y el 2.0% en 2027, marcando una revisión al alza de dos décimas de punto porcentual para 2025. Este cambio se atribuye a una mayor dinámica en los precios de la energía.

El BCE también proyecta que la inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos, promediará el 2.2% en 2025, el 2.0% en 2026 y el 1.9% en 2027, cifras alineadas con las proyecciones previas realizadas en diciembre.

La mayoría de los indicadores de inflación subyacente sugieren que se estabilizará de manera sostenible en torno al objetivo de medio plazo del 2% del Consejo de Gobierno.

Sin embargo, el BCE señaló que la inflación interna sigue alta, principalmente debido a que los salarios y los precios en ciertos sectores aún se están ajustando a la anterior ola de inflación con un retraso significativo.

Se informa que los salarios están creciendo a un ritmo moderado como se esperaba, y las ganancias corporativas están, en parte, amortiguando el impacto en la inflación.

En cuanto al crecimiento económico, el BCE ha revisado a la baja sus pronósticos a 0.9% para 2025, 1.2% para 2026 y 1.3% para 2027. Según los últimos datos disponibles del tercer trimestre del año anterior, la economía de la eurozona creció un 0.4%.

La debilidad en el crecimiento es especialmente pronunciada en Alemania, que ha experimentado dos años consecutivos de recesión.

El pronóstico de crecimiento del BCE tanto para 2025 como para 2026 ha sido degradado en dos décimas, atribuida a una disminución proyectada en las exportaciones y una persistente debilidad en la inversión, en parte debido a una incertidumbre significativa en torno a las políticas comerciales y las políticas económicas generales.

El BCE también ha hecho referencia al posible impacto de los aranceles anunciados por el expresidente Donald Trump desde su toma de posesión en enero de 2025, señalando que el aumento de las fricciones comerciales globales resultantes de los nuevos aranceles podría llevar a un aumento en los costos de importación, lo que a su vez elevaría la inflación.

Actualmente, el presidente Trump ha amenazado a la UE con aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio que entrarán en vigor el 12 de marzo, junto con medidas adicionales planificadas para el 2 de abril, que pueden incluir aranceles recíprocos sobre el IVA y servicios digitales percibidos como perjudiciales para las empresas estadounidenses, así como aranceles agrícolas específicos por sector.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, declaró durante una conferencia de prensa posterior al anuncio que las inversiones propuestas por la UE en defensa e infraestructura, en respuesta a la situación internacional en evolución, podrían estimular el crecimiento del PIB.

Sin embargo, tales inversiones también se espera que contribuyan al aumento de la inflación debido a una mayor demanda agregada.

El BCE enfatizó particularmente el contexto actual de incertidumbre elevada y confirmó su compromiso de basar las decisiones futuras en los datos que vayan surgiendo.