Dave W.

Plummer, un ingeniero veterano de Microsoft que ayudó a construir la activación de productos de Windows, ha aclarado los orígenes de la infame clave de activación de Windows XP “FCKGW-RHQQ2-YXRKT-8TG6W-2B7Q8”.

Contrariamente a la creencia de larga data, la clave no fue crackeada por hackers, sino filtrada desde dentro de Microsoft como una licencia de volumen corporativa.

Plummer explica que la clave era una Clave de Licencia por Volumen (VLK) destinada a grandes organizaciones y se enviaba con medios de instalación corporativos especiales.

Debido a que estaba “en lista blanca” en la lógica de activación de XP, las instalaciones que utilizaban esa clave eludían completamente las verificaciones de activación—sin periodo de prueba de 30 días ni recordatorios de marca de agua.

Notó que la filtración ocurrió aproximadamente cinco semanas antes del lanzamiento oficial de XP, probablemente facilitada por el grupo de warez “devils0wn”, que lanzó tanto la clave como los medios de instalación asociados.

Una vez que la clave estuvo en manos del público, permitió el uso masivo de copias de XP preactivadas.

Microsoft respondió a lo largo del tiempo incluyéndola en la lista negra—especialmente en el Service Pack 2 y más allá—para bloquear más explotaciones.

Aún así, Plummer advierte que la filtración expuso una debilidad estructural: incluso una protección técnica robusta puede ser socavada por filtraciones a nivel de distribución.

Aunque los servidores de activación para XP ya han sido desactivados hace mucho tiempo, la historia de la clave FCKGW se ha convertido en parte del folklore del software—una historia de advertencia sobre cómo los límites de confianza en los sistemas de licencias deben extenderse más allá del código para incluir la seguridad en la distribución y provisión.