Un informe reciente de Seguridad Nacional identifica a Rusia como un actor clave en la difusión de desinformación durante la crisis humanitaria tras un desastre importante.

El informe destaca cómo las entidades rusas han buscado amplificar las narrativas de desinformación existentes para su beneficio.

Publicado en 2024 y presentado al Congreso, el informe indica que los ecosistemas de propaganda y desinformación pro-Kremlin se adaptaron de manera oportunista y difundieron narrativas de desinformación a raíz del desastre.

Según los hallazgos, los actores rusos se centraron en fomentar la desconfianza pública en las instituciones gubernamentales, socavando el apoyo a Ucrania bajo el pretexto de abordar las verdaderas necesidades de las áreas afectadas por el desastre y proyectando una imagen de una nación en caos.

El informe subraya que las estrategias de desinformación rusas han evolucionado significativamente desde el inicio del conflicto en curso hace más de tres años.

Antes de la invasión, las estrategias de desinformación se propagaron principalmente a través de agencias y medios estatales rusos.

A la luz de la guerra, el Kremlin ha rediseñado su enfoque para eludir efectivamente las sanciones de la UE y mejorar el alcance de estas campañas.

El informe concluye que los métodos utilizados por los agentes de desinformación rusos se han vuelto más sofisticados, lo que dificulta rastrear los orígenes de la desinformación.

Estos actores y organizaciones operan a través de múltiples infraestructuras que a menudo funcionan de manera independiente.

Además, el informe señala un aumento marcado en la priorización de campañas en redes sociales, donde la utilización de herramientas de inteligencia artificial juega un papel crucial.

Esto ha llevado a un salto cualitativo y cuantitativo en la rápida y extensa difusión de información engañosa, caracterizando el actual panorama de los esfuerzos de desinformación rusos.