Los fabricantes de automóviles europeos están organizando una serie de reuniones con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tras sus amenazas de imponer aranceles de hasta un 100% a los vehículos importados.

Esta iniciativa, liderada por John Elkann, presidente del Grupo Stellantis, busca establecer conexiones con la nueva administración en medio de posibles cambios en las políticas económicas y comerciales.

Según fuentes de la industria, se espera que ejecutivos clave de los principales fabricantes de automóviles europeos con operaciones en Estados Unidos mantengan discusiones con la administración de Trump.

Estas discusiones llegan en vista de cambios significativos que se avecinan en las políticas económicas y comerciales de EE.UU. bajo el liderazgo de Trump.

John Elkann ya se ha reunido con el presidente Trump dos veces antes de su toma de posesión formal, citando preocupaciones sobre el posible impacto de los aranceles en países como México y Canadá, donde Stellantis mantiene operaciones de manufactura críticas.

Stellantis opera plantas de ensamblaje en Saltillo y Toluca, México, produciendo camionetas RAM y Jeep Compasses, respectivamente.

La compañía también tiene instalaciones en Ontario y Windsor, Canadá, donde se fabrican modelos de Chrysler y otros.

El presidente Trump, al asumir el cargo, no ha promulgado de inmediato los aranceles.

Sin embargo, ha expresado su intención de imponer un arancel del 25% a las importaciones de Canadá y México a partir del 1 de febrero, con una posible escalada a una tasa del 100% para importaciones de regiones como Europa y China.

En su discurso inaugural, el presidente Trump también revocó una orden ejecutiva de 2021 firmada por su predecesor, Joe Biden, que tenía como objetivo garantizar que la mitad de todos los vehículos nuevos vendidos en los Estados Unidos para 2030 fueran eléctricos.

Volkswagen, uno de los fabricantes europeos afectados, expresó preocupaciones sobre el posible impacto económico de los aranceles propuestos en los consumidores estadounidenses y en la industria automotriz global.

Volkswagen tiene amplias operaciones de manufactura en México, incluyendo su planta más grande en el país con una capacidad de producción anual de aproximadamente 350,000 vehículos, todos destinados al mercado estadounidense.

Además, Volkswagen planea importar vehículos desde China a través de su marca Cupra, que podría enfrentar un arancel punitivo del 100%, amenazando sus planes de expansión en EE.UU.

BMW y Mercedes-Benz, otros fabricantes de automóviles europeos con inversiones significativas, también enfrentan posibles desafíos debido a las políticas proteccionistas de Trump, que favorecen la manufactura doméstica.

En respuesta, se espera que los fabricantes europeos propongan aumentar la producción dentro de Estados Unidos durante las próximas reuniones.

Este movimiento podría ayudarles a evitar aranceles y aprovechar las propuestas de incentivos fiscales, la reducción de costos energéticos y los procesos burocráticos simplificados bajo la administración Trump.